Cuando uno observa los enormes cambios que están teniendo lugar en Asia y capta el espíritu de esperanza que está presente, especialmente en un país como Birmania, es fácil volverse optimista. Sin embargo, un optimismo demasiado fácil puede ser un inconveniente. Por lo tanto, traté de ver todos los aspectos negativos con la mayor claridad posible, esforzándome por equilibrarlos con mi optimismo natural.
Este artículo aparece en el Volumen 1, Número 18, publicado el 29 de octubre de 1955



