- Reconoce tu propio racismo y el racismo en la Sociedad Religiosa de los Amigos. Reconoce tu propia bondad y la de otros blancos, incluso los racistas.
- No intentes distanciarte de los blancos “malos» y ser uno de los “buenos». Todos somos buenos, pero todos tenemos algo de racismo. Responde a la chispa de Dios en cada uno.
- No hagas que las personas de color hagan todo el trabajo de defenderse a sí mismas o de educar a los blancos. Asume activamente el problema tú mismo o, como mínimo, sé solidario.
- Examínate a ti mismo con oración y honestidad.
- Estate dispuesto a escuchar sin defensas y crea oportunidades para que las personas de color te cuenten sus experiencias. Incluso si no percibes algo como racismo, acepta que otros pueden ser más capaces de reconocerlo que tú y considera la posibilidad de que sus percepciones sean legítimas.
- No esperes que otros grupos hagan todos los cambios para encajar en tu forma de hacer las cosas.
- Desarrolla relaciones con personas de color y exponte a otras culturas. Experimenta estar en la minoría.
- Los errores suelen ser mejores que la inacción. Es importante persistir, y asumir la responsabilidad de corregir tus errores.
- Puede que te sientas ignorante, torpe y que estás haciendo todo mal, pero aún así vale la pena hacerlo; y en algún momento estarás haciendo cada vez más cosas bien.
Nueve sugerencias para Amigos blancos para abordar el racismo
octubre 1, 2003