Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro y el león joven y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará. La vaca y la osa pacerán, sus crías se echarán juntas; y el león como el buey comerá paja. Y el niño de pecho jugará sobre la cueva del áspid, y el recién destetado extenderá su mano sobre la caverna de la víbora. No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar. (Isaías 11: 6-9)
El Reino Apacible no es el cielo cuáquero. La mayoría de los cristianos tienen una imagen del cielo que es exclusiva: solo están allí las personas con las que nos gustaría pasar la eternidad. Pero en el Reino Apacible, tenemos que codearnos con todos: aquellos que nos agradan y aquellos que desearíamos que se fueran. El difunto educador en resolución de conflictos Bill Kreidler hizo esta observación en una conferencia de 1991 al New York Yearly Meeting sobre las pinturas del artista popular cuáquero Edward Hicks. Hicks produjo 70 o más representaciones del Reino Apacible durante su vida, incluso mientras lamentaba la discordia y las separaciones que estaban teniendo lugar en la comunidad de Friends. Esas pinturas pueden ser lo más parecido que tenemos a un “emblema cuáquero». Una vez, caminando por las oficinas del Friends Center en Filadelfia, conté 27 variaciones de ellas colgadas en las paredes y decorando calendarios, imanes, bolsas de mano y tarjetas de notas.
Mientras miro esas imágenes, a menudo me pregunto qué están pensando y diciéndose realmente las diversas criaturas. Quizás hayan evolucionado a través de las etapas de desarrollo comunitario que M. Scott Peck describe en The Different Drum: Community Making and Peace. Este libro fue ampliamente discutido entre Friends cuando se publicó por primera vez en 1987, y a menudo veo copias polvorientas en las estanterías de las reuniones que visito. Según Peck, pasamos por cuatro etapas en nuestro camino para convertirnos en una “verdadera comunidad».
Etapa I: Seudo-comunidad (el período de luna de miel, en el que nunca ocurre el conflicto):
Becerro, León, Buey: “Tengo mucha suerte de estar aquí. Este es el lugar más bendecido de la Tierra.»
Cordero, Áspid, Niño Lactante: “Qué hermoso es que todos nos llevemos tan bien y nos aceptemos tan completamente.»
Oso: “Hemos regresado al Jardín del Edén.»
Etapa II: Caos (en el que los miembros intentan ansiosamente solucionar los problemas emergentes y restaurar la sensación de perfección):
León: “¿Cómo fue que una persona tan inexperta como la Niña fue designada para dirigirnos? No quiero criticarla, pero ¿cuál fue el proceso? ¿Fue consistente con nuestros testimonios?»
Leopardo: “Esa pequeña cabra me va a dar pulgas. ¿Quién es responsable de supervisarla?»
Áspid: “He notado que hay juegos en mi agujero. Necesitamos algunas pautas para el uso de la propiedad.»
Vaca (a Buey): “El Lobo simplemente no encaja. No es su culpa, pero si simplemente se transfiriera a uno de los reinos no apacibles donde sus puntos de vista serían más apreciados, entonces sería idílico aquí.»
Buey (a Vaca): “Nuestros antepasados en el Arca siguieron la práctica de mantener separadas a las criaturas limpias e inmundas. Deberíamos volver a esa tradición. No estoy siendo prejuicioso, pero valoro la sabiduría de las primeras criaturas.»
Etapa III: Vacío (en el que los miembros dejan ir las ilusiones, la pretensión y la esperanza de control):
Vaca, Basilisco, Leopardo: “Dejemos de engañarnos. Este lugar no se parece en nada a lo que pensábamos que sería.»
Niña: “Estas criaturas no tienen respeto por el liderazgo, no sé qué hacer con ellas.»
Gordo: “¿Quiénes son estos otros animales?»
Etapa IV: Verdadera Comunidad (en la que los miembros se aceptan unos a otros tal como son; se puede distinguir de la pseudocomunidad porque a veces el conflicto se expresa abiertamente):
Lobo: “Tengo que darles crédito a estas criaturas por soportarme la mayor parte del tiempo.»
Niño Destetado: “El Basilisco es molesto, pero me he acostumbrado a su cara.»
Áspid: “Estoy bastante cómodo aquí, solo desearía que respetaran mi agujero.»
Leopardo: “¡Eh! ¡Chaval! ¡Tengo algo que decirte sobre las pulgas!»