Don, por fin, fuera de la cárcel

13-thompson

Eligió sentarse en los escalones
con Putnay y Hamish
donde la luz de la ventana sur caía a su izquierda.
No eran sus palabras, era su intensa presencia
lo que centraba el silencio.
Siempre supimos que estaba ahí.

Aún y para siempre
el cáncer que es la prisión
ardía por dentro—
veintisiete años
de los que rara vez hablaba
aunque una vez confesó una furia
a la que un policía le había provocado
pero lo recordó a tiempo
y reprimió su rabia

Otra noche, conduciendo solo
por la Avenida Central
reconoció cerca de Frontier
a una chica de su infancia, se detuvo,
ella subió, vieja amiga, ahora prostituta
. Se rieron, empezaron a hablar,poniéndose al día sobre el pasado, el presente.Pero un policía que pasaba por allí, vigilando, intentó arrestarlo. “Todo salió bien.
Solo tenía el carnet encima.
Sin dinero”. Dudó.
“Tengo que recordar que tengo antecedentes.
Tengo que controlarme y tiendo a olvidarlo.
Podrían devolverme
Y no voy a volver.
Nunca”

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