Lilli de Jong
Reseñado por Danielle Hoffman
octubre 1, 2017
Por Janet Benton. Nan A. Talese/Doubleday, 2017. 335 páginas. 26,95 $/tapa dura; 9,99 $/eBook.
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Lilli de Jong, una obra histórica de ficción ambientada a finales del siglo XIX en Filadelfia, es la primera novela de Janet Benton. Lilli es una joven cuáquera y maestra en una escuela de Amigos que pierde a su madre y busca consuelo en un joven conocido. El hombre abandona a Lilli, dejándola sin forma de contactarlo. Y Lilli está embarazada.
Lilli es expulsada de su casa con deshonra y se encuentra en un lúgubre establecimiento para madres solteras llamado Philadelphia Haven for Women and Infants. Se entiende que las mujeres allí entregarán a sus bebés en adopción poco después de dar a luz. Pero Lilli no puede soportar desprenderse de su hija. La novela se presenta como una serie de entradas de los cuadernos de Lilli, donde registra sus luchas y las de su bebé por la supervivencia.
Aunque a veces es ingenua, Lilli es una narradora perspicaz mientras relata su viaje desde su comunidad cuáquera y el Haven hasta una casa adinerada (donde es nodriza) y las sucias calles de Filadelfia. Prácticamente todas las oportunidades que existen para mantener a una familia no están disponibles para Lilli porque no solo es una mujer, sino una madre soltera. Las escasas opciones que tiene son degradantes, inseguras o ambas cosas. A través de Lilli, Benton explora el trato y las perspectivas de las madres solteras, y también dilucida temas como la historia de las nodrizas, las espantosas condiciones de los hospitales de niños expósitos, la devastación de las enfermedades y la inanición, y la existencia cotidiana de los empobrecidos y sin hogar de la época.
Tales temas sombríos se ven atenuados por la prosa estética y juiciosa de Benton. Su imagen del mundo de Lilli está trazada con precisión, es rica y descriptiva, a la vez que logra una presentación concisa de las reflexiones de Lilli. Aunque no es mundana, Lilli es inteligente, y sus cuadernos están imbuidos de una elocuencia sensata.
A medida que se enfrenta a pruebas y dilemas morales a lo largo de la novela, la espiritualidad de Lilli es su piedra de toque. En ocasiones importantes y en momentos de crisis, las palabras de cuáqueros importantes vienen a la mente de Lilli. Recuerda a Lucretia Mott, John Woolman, Isaac Penington y Caroline Fox. En sus reacciones a otros personajes, relata lo que le han enseñado su madre cuáquera y otros Amigos. Otros personajes se fijan en su vestimenta y habla sencillas, y en su uso de «thee» y «thou». Comparte aspectos de sus creencias en conversaciones con otras figuras de la novela. En medio de sus problemas, Lilli reflexiona sobre las ideas, los testimonios y el «silencio boyante de la reunión para el culto» cuáqueros, que informan las decisiones que toma mientras sigue adelante por el bien de su bebé.
Dado que la novela está destinada a un amplio público comercial tanto de Amigos como de no Amigos, sin embargo, no profundiza demasiado en la complejidad del pensamiento cuáquero. El núcleo de la narración es la intensa y sincera conexión entre una madre y su bebé. Este tierno amor que comparten Lilli y su hija y la angustia que experimentan cuando están separadas se encuentran entre las expresiones más poderosas de la relación padre-hijo que he encontrado en la literatura contemporánea. Los lectores de Friends Journal sin duda sentirán también la profundidad y la urgencia de esta profunda relación.
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