El artista y yo

elartistaDe Shane Peacock, ilustrado por Sophie Casson. Owlkids Books, 2016. 40 páginas. 16,95 $/tapa dura. Recomendado para edades de 5 a 9 años.

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Este libro de imágenes bellamente ilustrado, de fácil lectura para lectores principiantes, podría utilizarse para enseñar una clase sobre el acoso escolar. También ilustra cómo los niños aprenden los prejuicios de sus mayores. Este es un concepto oportuno en el mundo actual.

Los niños están escuchando. Los niños están escuchando todo el tiempo. Los adultos deberían ser conscientes de ello cuando expresan sus propios prejuicios al alcance de su oído. Los niños de hoy escuchan cosas de sus padres, compañeros, la televisión y las redes sociales. ¡Qué horror! En el contexto de este libro, el niño pequeño solo escuchaba los murmullos de los adultos en su pequeño pueblo del sur de Francia. Para aquellos que no conocen la historia de Vincent van Gogh, me pregunto si el cuento es tan pertinente como lo es para aquellos que sí lo conocen. Piensen en eso al leerlo. Observen que el artista nunca se identifica en el texto, solo en las ilustraciones.

Un niño pequeño en Arlés, Francia, oye a los adultos hablar de un artista que vive y pinta en su pueblo. Sus pinturas son salvajes con el color y nunca la réplica exacta de lo que está pintando. Está solo. Su pelo rojo sobresale en todas las direcciones. El rumor es que está loco. El niño pequeño lo atormenta con palabras y hechos de un pequeño matón. Cuando se encuentran cara a cara, la respuesta del pintor a su pequeño adversario es entregarle el cuadro que acababa de terminar. ¡Paren ahí! Y piensen en lo que viene después, ya que no quiero revelar la sorpresa.

Si conocen la historia de Van Gogh, pueden adivinar hacia dónde se dirige el cuento. Si no la conocen (y la mayoría de los niños pequeños no sabrán nada de Vincent), puede que les sorprenda el resultado. Sin revelar el final, digamos que ofrece una oportunidad para hablar sobre el acoso escolar, ser cruel y prejuzgar a las personas que son diferentes. Tengo sentimientos encontrados sobre el hecho de que el autor no nombre al artista, porque creo que su nombre proporcionaría otra vía de conversación sobre hacer lo que uno quiere y definir la creatividad.

En resumen,
el artista y yo
es un libro divertido de leer que se basa en un hecho real. Cualquier forma de ayudar a los niños a evitar el acto de acoso escolar como agresor o como receptor es una buena labor en mi opinión.

 

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