Durante esta pandemia, la Casa Cuáquera de Fayetteville, Carolina del Norte, ha podido continuar con su misión de trabajar por la paz y apoyar a las personas que han sido perjudicadas por el servicio militar.
Uno de sus principales programas es con la línea de ayuda GI Rights Hotline, con consejeros que ayudan al personal en servicio activo que llama de todo el mundo. Debido a la naturaleza de ese trabajo, siempre ha sido principalmente por teléfono e Internet, lo que resultó ser fundamental. Se activaron unidades de la Guardia Nacional para ayudar en los puntos críticos de COVID-19, y también con el aumento de energía en torno a la raza y la vigilancia policial tras los asesinatos de George Floyd, Ahmaud Arbery, Breonna Taylor y muchos otros. La naturaleza de las llamadas y las políticas militares que cambiaban rápidamente impulsaron a la red a aumentar la frecuencia de las llamadas de colaboración de los consejeros de una vez al mes a dos veces al mes.
Otro programa importante en la Casa Cuáquera es su programa de asesoramiento gratuito que aborda cuestiones de violencia doméstica, agresión sexual, daño moral y estrés postraumático. Un trabajador social clínico con licencia está disponible para los miembros del servicio activo y veterano y sus familias. El terapeuta de la Casa Cuáquera hizo una fácil transición de los clientes a una plataforma de teleterapia que cumple con la HIPAA. Actualmente, los clientes de Carolina del Norte pueden optar por continuar con la teleterapia o acudir en persona (con las precauciones de control de infecciones establecidas).
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