Comunidades y canciones de protesta

La música une a la gente. Si a la gente le gusta la misma canción, entonces bailarán juntos, se lo pasarán bien, se conocerán y lo más probable es que se hagan amigos. Eso demuestra lo poderosa que puede ser la música. Una canción puede crear una relación, y yo ayudé a crear una canción.

Estoy en el álbum
Covered
de Robert Glasper. Mi nombre aparece en las notas de ‘‘I’m Dying of Thirst’’. El Sr. Rob nos pidió a mí y a otros chicos negros que éramos amigos de su hijo Riley que dijéramos nombres de personas que habían sido asesinadas por la policía. Me gustó hacer esto porque me sentí bien al honrarlos. Tenía seis años cuando dije los nombres de Amadou Diallo y Sean Bell junto con otras dos víctimas. Y luego Riley empieza a hablar de lo hermosa que es ser negro. Las canciones del álbum me hicieron sentir fuerte y orgulloso de ser negro.

Todos los que están en la canción son parte de mi comunidad. Incluso las personas que escuchan la canción podrían ser parte de mi comunidad. Gente en Flint, Michigan, podría estar escuchando la canción. Gente en Australia podría estar escuchando la canción. Ni siquiera sé qué aspecto tienen. Nunca los he conocido, pero apuesto a que si les dijera que soy uno de los niños de la canción, podríamos ser amigos.

Las protestas suelen tener canciones para animar a la gente a seguir marchando y a mantener la cabeza alta. Estuve en mi primera marcha de protesta cuando tenía cinco años. Estaba muy orgulloso de estar en una marcha para liberar a todos los afroamericanos. Había blancos, asiáticos y latinos, y por supuesto afroamericanos, pero todos éramos parte de la misma comunidad marchando y cantando por lo mismo juntos como uno solo.

Me sentí triste cuando dijimos los nombres de personas negras que fueron asesinadas y asustado cuando dijeron: “Manos arriba, no disparen”. Pero me sentí orgulloso de que todo el mundo estuviera marchando por la libertad. Los tambores nos hicieron sentir a mí y a mucha otra gente más grandes y fuertes.

Cuando la marcha de protesta terminó, me puse triste. Quería seguir marchando, así que pregunté si íbamos a hacerlo de nuevo. Mi madre dijo que sí. Entonces pregunté si habíamos marcado la diferencia. Ella dijo: “Eso espero”.

Creo que todos los que estaban allí, todos esos miles de personas, marchando como uno solo, marcaron una gran diferencia. Cuando llegamos a casa, la protesta estaba en la televisión. Cuando mi madre estaba viendo las noticias, dijo: “Esa protesta nos acercó un paso más a la libertad”.

La música puede crear una comunidad. Con la música y el canto, y todos como una sola comunidad, todos podemos marcar la diferencia y acercarnos un paso más a la libertad.

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