Si alguien se levanta con los pájaros, no se levanta con los buitres leonados que duermen hasta tarde—
al menos hasta que se levanta la niebla del suelo—
y luego esperan
como chatarras a que el sol caliente el aire y lo ponga
en movimiento. En nuestro vecindario, se agachan
con los sonidos, siseando o gruñendo solo cuando la cena ha comenzado.
Una tetera se asienta, y para cada pájaro la palabra es silencio.
Buitres leonados
junio 1, 2019
Junio/Julio de 2019
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