Mi Meeting de Friends estaba a punto de tomar una decisión importante que involucraba una gran cantidad de dinero. Nuestra sala de culto necesitaba alfombra y pintura nuevas. Necesitábamos mejores rampas para sillas de ruedas y baños más accesibles. Necesitábamos renovar nuestra cocina ruinosa y con corrientes de aire y arreglar un techo con goteras. Si sumamos todos estos costes (que probablemente resulten familiares a quienes vivimos en casas antiguas), nos enfrentábamos a una factura considerable.
Cada preocupación que surgía en nuestras deliberaciones en mi Meeting parecía hacer surgir otras. ¿Cómo íbamos a hacerlo? ¿De dónde saldría el dinero? ¿Era esta la forma en que debíamos gastar tal suma, cuando hay tanta necesidad e injusticia en nuestro vecindario? ¿Qué pasa con las familias dentro de nuestra comunidad que experimentan dificultades económicas? Y ya que de repente estamos prestando atención a nuestros activos, ¿cómo deberían invertirse nuestros ahorros?
Preguntas como estas se enfrentan las comunidades religiosas en todas partes, y se supone que nuestros procesos de discernimiento cuáqueros nos guían hacia una comprensión del camino correcto que trasciende la voluntad humana y se acerca a aquello a lo que Dios nos está llamando como comunidad. Se supone que nuestra forma de tomar decisiones es una herramienta que podemos utilizar en cualquier situación que requiera una acción colectiva. Como cualquier herramienta, el proceso cuáquero puede necesitar algo de afilado y mantenimiento antes de asumir una tarea importante. En este número,
Hay mucho terreno que no pudimos cubrir en esta edición. En primer lugar, terreno geográfico: nuestros tres artículos principales son todos de autores del área de Filadelfia, y muchos Meetings de Friends del área de Filadelfia que se establecieron hace siglos se han beneficiado de legados de generaciones de miembros generosos. Ciertamente, ese no es el caso en todas partes, ni siquiera en la mayoría de los lugares. Sin embargo, ya sea que un Meeting tenga “dinero cuáquero antiguo» o no, ya sea que sus miembros sean ricos, pobres o estén en un punto intermedio, debe tomar decisiones sobre el futuro. Para obtener más información sobre los cuáqueros y el “dinero antiguo», consulte el excelente artículo de Elizabeth Cazden en el número de junio de 2006
Friends Journal, “
Quaker Money, Old Money, and White Privilege
.»
En el Sermón de la Montaña, se dice que Jesús predicó: “Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón”. Nuestras decisiones sobre el dinero deberían fluir de nuestras prioridades más profundamente discernidas, no al revés. Nos encantaría saber de nuestros lectores qué dilemas y desafíos enfrentan con respecto al dinero en su comunidad cuáquera.




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