Aunque todavía está lo suficientemente oscuro como para llamarlo noche,
pero justo antes del amanecer, pienso en ti a cientos
de kilómetros de distancia dando vueltas en tu cama.
Has tenido un sueño profundo y tranquilo
y ahora es hora de cuidar el ganado,
cientos de ellos, y poco después
llevarlos a los pastos.
Es una vida que anhelabas desde tu juventud
y te has entregado a ella como a un gran amor.
Requiere tu cuerpo todo el día, cada
pensamiento consciente e incluso tus sueños.
Nos dices que cuando llegue tu hora
deberíamos esparcir tus cenizas en la tierra,
la tierra que has amado con tu vida.




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