Morgan—Beverly J. Morgan, de 91 años, falleció el 7 de octubre de 2021 en su casa de Westby, Wisconsin. Beverly nació el 31 de mayo de 1930 en Detroit, Michigan, hija de Garnet Ward Brockelbank y Ethel Rose (Zamba). Beverly creció en Princeton, Nueva Jersey, adonde se mudó la familia en 1932 para escapar de la pobreza de la Gran Depresión. Uno de sus recuerdos fue conocer a Albert Einstein cuando era operadora en un hospital de Princeton.
Beverly se casó con Norman Slamecka en 1951 y tuvo una hija, Lynn. Ella y Norman se divorciaron, y Beverly se casó con Nathaniel Morgan en 1954. Tuvieron tres hijos más, Ward, Tamsen y Bethann.
Beverly obtuvo su licenciatura en educación en la Temple University en Filadelfia, Pensilvania, y su maestría en educación especial en Trenton State College (ahora The College of New Jersey) en Ewing, Nueva Jersey. Completó sus estudios mientras trabajaba a tiempo completo y criaba a sus hijos como madre soltera. Beverly se consideraba una estudiante de por vida.
Beverly vivió en Buckingham, Pensilvania, de 1961 a 1999. Abrazó la fe cuáquera en 1961 y participó profundamente en actividades cuáqueras durante sus años en el condado de Bucks. Trabajó para Bucks Quarterly Meeting como coordinadora y fue voluntaria en muchos comités en Buckingham Meeting, así como en Philadelphia Yearly Meeting.
Beverly fue maestra de educación especial de 1970 a 1990. En 1982, ella y George Rowe fundaron la Quaker School en Horsham, una escuela primaria para estudiantes con necesidades especiales en Horsham, Pensilvania.
En 1999, Beverly se mudó a Westby, Wisconsin, para vivir cerca de su hija Tamsen. Fue un pilar para la incipiente comunidad cuáquera. Beverly se unió al Grupo de Adoración de Viroqua (Wisconsin) cerca de sus inicios y fue su mentora espiritual y anciana. Los miembros del grupo de adoración amaban su combatividad y sentido del humor.
Beverly manifestó su fe a través de un trabajo interminable para abordar las necesidades de su grupo de adoración y sus vecinos. Tenía la chispa y la perseverancia para hacer que las cosas sucedieran y una personalidad que atraía a otros al trabajo.
Beverly podía ver lo divino en todos y tenía la capacidad de ayudar a otros a ver lo divino en sí mismos. Estaba totalmente presente con las personas que conocía, la mayoría de las cuales experimentaron su ilimitada generosidad y amabilidad. Beverly vivió su vida con entusiasmo. Fue una inspiración sobre cómo vivir, cómo envejecer y cómo morir. Fue un modelo a seguir sobre cómo envejecer sin hacerse viejo, que enfrentó su muerte con gracia y valentía, no dándole la bienvenida, pero sin temerla.
A Beverly le sobreviven cuatro hijos, Lynn Slamecka, Ward Morgan, Tamsen Morgan y Bethann Morgan; su hijo adoptivo, Wayne Johnson; cuatro nietos; diez bisnietos; y una hermana, Eileen Ginter.
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