Cowspiracy: El secreto de la sostenibilidad y Cowed: El impacto oculto de 93 millones de vacas
Dos títulos reseñados por Margaret Fisher
octubre 1, 2015
Cowspiracy: el secreto de la sostenibilidad
Producida por Kip Andersen y Keegan Kuhn. A.U.M. Films y First Spark Media, 2014. 91 minutos. 19,95 $/DVD; 9,95 $/descarga.
Cowed: El impacto oculto de 93 millones de vacas en la salud, la economía, la política, la cultura y el medio ambiente de Estados Unidos
Por Denis Hayes y Gail Boyer Hayes. W. W. Norton & Company, 2015. 392 páginas. 27,95 $/tapa dura; 26,23 $/eBook.
Comprar en la tienda FJ de Amazon
Los creadores del documental
Cowspiracy
presentan esta intrigante pregunta: ¿por qué los grupos ecologistas más destacados no mencionan una de nuestras mejores oportunidades para revertir la destrucción global? Esta película muestra, de una manera atractiva, que la agricultura animal y la pesca —y, por extensión, nuestra dieta de productos animales— constituyen una fuente de emisiones de gases de efecto invernadero, pérdida de hábitat, despilfarro de recursos y contaminación de importancia crítica. Comenzando con una exploración de la cría de vacas, los cineastas se ramifican hacia la pesca y el ganado en general, revelando una consecuencia devastadora tras otra. La dieta estadounidense estándar requiere muchas veces más tierra, combustibles fósiles y agua que una dieta vegana. Una gran proporción de los animales marinos que mueren en las redes de pesca son devueltos porque los humanos no los quieren. La gran mayoría de la tierra deforestada en el Amazonas se utiliza para el pastoreo o para el cultivo de soja para alimentar al ganado. Se pueden encontrar muchas más cifras reveladoras en el
sitio web de Cowspiracy
(cowspiracy.com).
Los documentalistas no son demasiado particulares con las estadísticas que citan, buscando más el efecto que la precisión. Por el contrario, los autores del libro
Cowed
presentan su exhaustiva investigación sobre la industria de la vaca de manera imparcial y con gran compasión y admiración por aquellos pequeños agricultores que trabajan tan duro para criar vacas de una manera más responsable.
Denis Hayes, fundador del Día de la Tierra, y su compañera Gail Boyer Hayes exponen la historia sorprendentemente fascinante de cómo los subsidios al maíz y la externalización de otros costes han hecho rentable confinar a las vacas en fábricas masivas, en detrimento del medio ambiente y de la salud humana, por no hablar del bienestar de la vaca. El trato de las vacas lecheras y de carne en esos entornos es abusivo en extremo, y la contaminación bacteriana, los antibióticos, los pesticidas y las hormonas se transmiten al consumidor.
Los autores también muestran cómo las técnicas de agricultura ecológica y las soluciones tecnológicas, como la conversión del estiércol en electricidad, pueden mitigar algunos, pero de ninguna manera todos, los costes de comer carne y productos lácteos. Aunque mencionan brevemente los indecibles sufrimientos de los animales en las granjas industriales, no abordan la ética de condenar a los actuales 93 millones de estadounidenses bovinos a una muerte temprana innecesaria.
Tanto si la información se presenta como una investigación interesante como si se presenta como un entretenimiento convincente, los lectores o espectadores pueden ver que los números simplemente no suman un futuro sostenible para los humanos como omnívoros. La película pregunta: si contra todo pronóstico pudiéramos hacer que el consumo de carne y pescado fuera “sostenible” —aunque a costa de utilizar toda la tierra disponible y eliminar a la mayoría de las demás formas de vida de la tierra—, ¿consideraríamos que es un trabajo bien hecho? ¿O preferiríamos un planeta donde todos los miembros del mundo viviente puedan prosperar, porque los humanos han adoptado una dieta basada en plantas? Cada uno de nosotros se enfrenta a esa elección, tres veces al día, bocado a bocado.




Los comentarios en Friendsjournal.org pueden utilizarse en el Foro de la revista impresa y pueden editarse por extensión y claridad.