Native: identidad, pertenencia y redescubriendo a Dios

Por Kaitlin B. Curtice. Brazos Press, 2020. 208 páginas. 35,99 $/tapa dura; 17,99 $/libro de bolsillo o eBook.

Native: Identity, Belonging, and Rediscovering God es la exploración de Kaitlin B. Curtice de la plenitud de su identidad, particularmente como una “mujer potawatomi con código blanco” y cristiana. En el pasado, le había costado hacer suyas cada una de estas identidades. Esta obra contiene lecciones de su viaje: no solo sobre sus propias identidades particulares, sino también sobre la construcción de la Comunidad Amada, y la consideración de nuestra relación espiritual con la Tierra. Ella cree que, al compartir y escuchar historias con “gracia y honor”, catalizaremos la curación.

Curtice no creció inmersa en la cultura potawatomi, por lo que los lectores se benefician de sus reflexiones sobre todo lo que ha ganado al reconectar con esa cultura y sus enseñanzas como adulta. Ella comparte que los pueblos indígenas “llevamos historias dentro de nosotros, no solo historias de opresión, sino historias de liberación, de renovación, de supervivencia”. A lo largo del libro, entrelaza lecciones de la inundación potawatomi (la historia del origen) y las Siete Enseñanzas de los Abuelos. Estaba particularmente interesada en las formas en que hablaba del reconocimiento de la tierra, que ella dice que “se trata de escuchar, se trata de recordar y se trata de rechazar la invisibilidad”. Su compromiso con su cultura potawatomi la empodera para reflexionar de nuevo sobre su espiritualidad. Se encuentra anhelando orar como oran sus antepasados y familiares potawatomi, a “una pertenencia sagrada que abarca el tiempo y las generaciones y es llamada por muchos nombres”.

Curtice creció con una identidad cristiana fuerte y estricta, y ahora su “tradición potawatomi espiritual mejora la celebración de Dios como libertador y la persona de Jesús como socio en esa liberación”. Lo que ha experimentado hasta ahora en su cristianismo es que “la iglesia quiere lo que es blanco en mí, pero no lo que es nativo en mí”. Ella cree que “la iglesia tiene que ver su complicidad en la supremacía blanca a lo largo de los siglos”, y que “[s]i hemos de creer que el amor inclusivo de Dios es real, será mejor que empecemos a construir una mesa más grande”. Ella comparte reflexiones sobre cómo puede ser la descolonización del cristianismo, incluyendo el centrar las voces de aquellos que están actualmente en los márgenes.

En última instancia, este libro es una reflexión sobre lo que nos fundamenta y nos conecta con respecto a la Tierra y entre nosotros. Curtice cree que “la Madre Tierra [es] un ser vivo y que respira del que aprendemos” y que “[l]a única manera de que podamos regresar a casa es apoyarnos mutuamente en el viaje”. Ella invita a los lectores a “entrar en el trabajo de decir la verdad, de mantener la guardia, de ser personas que hagan preguntas difíciles y mantengan la gracia en los espacios difíciles”. Ella subraya la urgencia de este momento al considerar cómo ser las mejores versiones de nosotros mismos y cómo construir mejores sistemas.


Lauren Brownlee es miembro del Meeting de Bethesda (Maryland), donde forma parte del Comité de Paz y Justicia Social. También apoya al Comité de Liderazgo Diverso en Crecimiento de Baltimore Yearly Meeting.

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