Buscando justicia: orando por la paz

Y cuando estaban en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel y lo mató. Entonces el Señor le dijo a Caín: “¿Dónde está tu hermano Abel?». Él respondió: “No lo sé; ¿soy yo el guardián de mi hermano?». Y el Señor dijo: “¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra». —Génesis 4:8-10

La historia de nuestra crueldad humana hacia los demás aparece en el primer libro de la Biblia, en la legendaria primera familia, poniendo por escrito la antigua realidad de la animosidad asesina entre hermanos, una realidad que todavía aparece hoy, miles de años después, entre pueblos y tribus de todo el mundo. No es de extrañar que a veces sintamos frustración y desesperación en el esfuerzo por buscar la reconciliación para nosotros mismos o para ayudar a mediarla para otros. ¡Hay tanta sangre clamando desde la tierra!

En ningún lugar esta animosidad es más vívidamente trágica que en Tierra Santa, la parte del mundo que tres grandes tradiciones religiosas consideran sagrada. Quizás sea la yuxtaposición de lo profundamente sagrado con la igualmente profunda profanación de la violencia entre los pueblos lo que hace que las circunstancias en Oriente Medio sean tan dolorosas de contemplar y tan insoportables para quienes deben soportarlas.

En este número les traemos las voces de varios Amigos cuyas vidas y vocaciones los han llevado al centro de esta tierra de conflicto. Mary Ellen McNish, secretaria ejecutiva del American Friends Service Committee, comparte detalles de su reciente viaje a Oriente Medio con una delegación interreligiosa (p. 6). En una carta abierta escrita el pasado diciembre, Jean Zaru, secretaria presidenta de Ramallah Meeting, insta a los Amigos a participar más activamente en la búsqueda de una paz justa (p. 9). Colin South, director de las Friends Schools en Ramallah, y su esposa Kathy comparten sus reacciones inmediatas al asesinato de dos soldados israelíes y al bombardeo de represalia de la estación de policía donde tuvo lugar este hecho, adyacente a la Friends Boys School (p. 11). Y Maia Carter, que ha estado viviendo en Oriente Medio durante el año pasado, comparte sus reflexiones sobre la crisis actual en su carta de Navidad a familiares y Amigos en los Estados Unidos.

A pesar de la extensa cobertura informativa de las tensiones en Oriente Medio, creemos que algunos de los hechos que se informan aquí y las perspectivas que representan faltan en la cobertura habitual que recibimos en Occidente. Hay mucha sangre clamando desde la tierra, y graves injusticias y atrocidades en ambos lados de esta lucha. Como Amigos, es nuestra tradición y nuestra obligación buscar la comprensión y perseguir la paz, no como partidarios, sino buscando lo que hay de Dios en todas las partes involucradas. Es fácil encontrar esa Luz Interior en aquellos con quienes estamos de acuerdo o simpatizamos. Cuánto más difícil es buscar esa Luz en aquellos cuyas acciones nos repelen, y sin embargo, cuán necesario. ¿Hay algún ser humano vivo que no necesite perdón y redención? Algunos, ciertamente, mucho más que otros. ¿Pero no es ese el corazón de la pacificación? Encontrar nuestra humanidad común, reconocer nuestros propios fallos, buscar el perdón, hacer la restitución cuando sea necesario y luego abrazar nuevos entendimientos y nuevos comportamientos que puedan llevarnos más allá de nuestras viejas animosidades?

La delegación ecuménica que viajó a Oriente Medio regresó convencida de la necesidad de compartir las realidades que presenciaron. Pero, además, estaban convencidos de la necesidad de mantener diariamente en la Luz tanto a israelíes como a palestinos. Al final, mientras buscamos la verdad y perseguimos la justicia, nuestras oraciones por todos los que están atrapados en esta lucha pueden ser nuestra contribución más poderosa a su resolución.