Consultas y consejos sobre el dinero

Los testimonios cuáqueros de sencillez y administración son la base de nuestra relación espiritual con el dinero. Según Faith and Practice del North Pacific Yearly Meeting, “La sencillez es eliminar todo lo que es superfluo». Por lo tanto, el comienzo de una vida de sencillez es la eliminación de posesiones materiales innecesarias, o lo que los cuáqueros denominan “estorbo». Esto asegura que no seamos esclavos de objetos inanimados y nos permite centrarnos en nuestra fe. El consejo número 15 de los Ancianos de Balby (1656) establece: “Que todos los Amigos que tengan vocaciones y oficios, trabajen en lo que es bueno, con fidelidad y rectitud, y se atengan a su sí y no en todas sus comunicaciones; y que todos los que estén en deuda con el mundo, se esfuercen por saldarla, para que no deban nada a nadie más que amor mutuo». (Este último punto se parece mucho a Romanos 13:8). En otras palabras, no debemos contraer deudas innecesarias y debemos vivir dentro de nuestras posibilidades.

Volviendo de nuevo a Faith and Practice del North Pacific Yearly Meeting, encontramos una serie de consejos y consultas relacionados con el Testimonio de Sencillez:

Se aconseja a los Amigos que se esfuercen por la sencillez en el uso de sus ganancias y propiedades, y en su estilo de vida, eligiendo lo que es sencillo y útil. Esto no significa que la vida deba ser pobre y austera, desprovista de alegría y belleza. Todo lo que promueve la plenitud de la vida y ayuda en el servicio a Dios debe ser aceptado con agradecimiento. Cada uno debe determinar, según la luz que se le da, lo que promueve y lo que dificulta la búsqueda apremiante de la paz interior.

Las consultas además nos preguntan:

¿Mantenemos nuestras vidas libres de cosas y actividades innecesarias, y evitamos compromisos que superen nuestra fuerza y nuestra luz?

Intenta vivir con sencillez. Un estilo de vida sencillo elegido libremente es una fuente de fortaleza. No te dejes persuadir para comprar lo que no necesitas o no puedes permitirte. ¿Te mantienes informado sobre los efectos que tu estilo de vida está teniendo en la economía y el medio ambiente mundiales?

En consecuencia, nosotros, como cuáqueros, debemos preguntarnos cómo el dinero impacta en nuestras vidas y en el mundo. Esto implica hacernos preguntas indagatorias: ¿Es necesaria esta compra? ¿Puedo permitirme esto? ¿Contribuiría esta compra a la opresión o a la guerra?

La administración comienza con la constatación de que todas las cosas del mundo fueron creadas y pertenecen a Dios. El Salmo 24:1 nos dice: “De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo, y los que en él habitan». También debemos darnos cuenta de que se nos han confiado estas cosas del mundo y debemos ser administradores fieles. La sencilla declaración de John Woolman en A Word of Remembrance and Caution to the Rich (1793) puede servir como punto de partida para toda consideración de la administración: “Como cristianos, todo lo que poseemos es un don de Dios, y en la distribución del mismo actuamos como sus administradores; por lo tanto, nos corresponde actuar de acuerdo con esa sabiduría divina que él concede graciosamente a sus siervos». El principio de la administración se aplica, pues, a todo lo que tenemos y somos, como individuos, como miembros de grupos y como habitantes de la Tierra. Como individuos, estamos obligados a utilizar nuestro tiempo, nuestras diversas capacidades, nuestra fuerza, nuestro dinero, nuestras posesiones materiales y otros recursos con espíritu de amor, conscientes de que tenemos estos dones en fideicomiso y somos responsables de utilizarlos en la Luz.

Las consultas sobre la administración nos preguntan:

¿Mantenemos la moderación y la sencillez en nuestros niveles de vida?
¿Consideramos nuestro tiempo, talentos, energía, dinero, posesiones materiales y otros recursos como dones de Dios, que deben ser mantenidos en fideicomiso y compartidos según la Luz que se nos da? ¿Cómo expresamos esta convicción?

Según el Consejo número 9 de Faith and Practice del New York Yearly Meeting (2001), “Los Amigos son responsables de la forma de adquirir, usar y disponer de sus posesiones». Parafraseando a Woolman, el objetivo de nuestras vidas es convertir todo lo que poseemos en el canal del amor universal. Esta es la esencia de la administración cuáquera.

A muchos cuáqueros les gusta citar la conocida afirmación de que “los cuáqueros se propusieron hacer el bien, y lo hicieron muy bien». Un breve estudio de los primeros cuáqueros exitosos permite comprender fácilmente por qué tuvieron éxito. Ofrecían buenos productos y servicios a precios razonables. Eran honestos en sus tratos y no se excedían financieramente. Trataban bien a sus empleados y donaban tiempo y dinero a causas benéficas y cuestiones sociales. Además, a través de los Meetings, los cuáqueros pudieron establecer poderosas redes con otros cuáqueros. Poniendo en práctica sus creencias, los cuáqueros pudieron acumular riqueza y utilizarla para lograr un cambio social.

Las consultas nos preguntan a cada uno de nosotros:

¿Eres honesto y veraz en todo lo que dices y haces?
¿Mantienes una estricta integridad en las transacciones comerciales y en tus tratos con individuos y organizaciones?
¿Utilizas el dinero y la información que se te confían con discreción y responsabilidad?

A través de la sencillez y la administración podemos impactar positivamente en nuestras vidas y en el mundo. Al mejorar nuestra relación con el dinero, mejoramos nuestras vidas espirituales. Para ello debemos vivir con sencillez, vivir dentro de nuestras posibilidades, ser consumidores informados, ser buenos administradores y ser generosos. Sencillo, ¿verdad?

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