Antes era fácil medir
nuestro valor: una moneda por cada ojo,
o una colocada sobre la lengua.
Esas eran las fichas que teníamos
cuando nos levantábamos de la mesa
y nos marchábamos en busca
de algo mejor que hacer.
Supongo que esto es lo que queda
cuando la tierra nos atrae,
pero ¿no está nuestro valor en el humus?:
¿cómo hacemos que la tierra
sea un poco más blanda al irnos?
Entonces, alguien que pase por allí
puede mirar hacia abajo y decir: espera,
aquí hay algo de dinero antiguo.
Evanescerse
noviembre 30, 2015
Diciembre de 2015
Los comentarios en Friendsjournal.org pueden utilizarse en el Foro de la revista impresa y pueden editarse por extensión y claridad.