La guía tradicional sobre el Meeting for Worship cuáquero utiliza la frase “espera expectante” para describir un enfoque ideal del Meeting for Worship. Esta es una forma modesta y discreta de hablar (como gran parte del discurso cuáquero) sobre la profunda y original práctica religiosa de la fe que es el cuaquerismo.
La práctica cuáquera se encuentra en la tradición de la fe. Por “fe” me refiero a la apertura intencional, momento a momento, a la gracia redentora. Algunas personas hablan de estar abiertos a la gracia de Dios. La fe en este sentido es un acto de voluntad; es algo que haces, más que algo que crees o algo que posees.
Para hacer el trabajo de la fe, debemos tener la humildad de admitir que necesitamos la redención y la audacia de afirmar que merecemos la redención. La mayoría de nosotros, cuando llegamos a la edad adulta, sabemos que necesitamos la redención. Este conocimiento podría ser la característica definitoria de ser un adulto. Pero el hecho de que merezcamos la redención parece más difícil de creer para muchos de nosotros. El desarrollo de nuestra capacidad para experimentar nuestra inocencia tiene que superar la programación social generalizada (incluso si es involuntaria) y las voces acusatorias profundamente arraigadas dentro de nosotros. Este es un problema tan crucial que, para gran parte de la población mundial, el punto de inflexión central en la historia de la humanidad es la venida de Jesucristo, cuyo mensaje esencial da autoridad al conocimiento, ya profundo dentro de nosotros, de que la redención es nuestra si tan solo la aceptamos. (Muchas culturas en todo el mundo afirman esa verdad incluso cuando usan otro lenguaje para expresarla).
A algunas personas no les gusta hablar de redención porque parece requerir una abyecta auto-culpa, una admisión de que merecemos un castigo incluso cuando pedimos misericordia. Pero la redención de la que estoy hablando es lo opuesto a la auto-culpa. Es un reconocimiento de que hemos sido inocentes desde el principio. La redención es un bautismo continuo y festivo en las aguas de la gracia.
Esta gracia redentora es a lo que estamos tratando de estar abiertos en el trabajo de la fe.
Muchos de nosotros podemos pasar meses o años sin recordar practicar la fe como oración de esta manera. Creo que algunas personas se ven obligadas a ello solo en una crisis de vida prolongada cuando sus modos habituales de resolución intelectual de problemas les fallan y no tienen más remedio que tratar de escuchar una voz más profunda.
El Meeting for Worship cuáquero es un lugar para escuchar esa voz más profunda, pero esta práctica puede sentirse al principio como si estuviéramos invirtiendo nuestras mentes: tratando de cerrar todos nuestros modos productivos normales de pensamiento en favor de escuchar una voz que ni siquiera sabemos que está ahí. En el meeting, trabajamos para pasar de un modo de pensamiento ocupado y racional a una oración profunda, de escucha y no verbal. Nuestros hábitos mentales verbales en la vida diaria, orientados a la producción o la resolución de problemas, a menudo no nos conducen a este tipo de oración, que en cambio es no verbal y está orientada a la receptividad a la santidad de la existencia a un nivel más profundo que el consciente. La práctica de la fe en el Meeting for Worship no es un proceso intelectual; es un proceso de escucha. Necesitamos escuchar con todo nuestro corazón, toda nuestra alma, toda nuestra mente y toda nuestra fuerza, para abrirnos a la gracia.
La fe nos lleva a una transparencia que puede ser aterradora. Incluso aquellos de nosotros que rechazamos intelectualmente la idea de un Dios castigador podemos tener algún nivel de creencia subconsciente de que merecemos la destrucción por nuestros pecados. Abrirnos a la gracia significa desnudar esas partes de nuestra psique que están apretadas por el miedo y esperar la destrucción. Pero cuando nos hacemos vulnerables y no somos destruidos, la experiencia se siente como perdón. Nuestra fe se ha convertido en una oración respondida.
La fe, la espera expectante y la apertura a la gracia redentora, es la práctica religiosa básica del Meeting for Worship cuáquero. A veces, en el meeting, experimentamos lo que los cuáqueros llaman un “meeting cubierto”, una gracia santificadora que cubre a todos los presentes, una experiencia de la gracia redentora de la que estamos hablando. La redención que esperamos dura más que la gracia santificadora de un único meeting cubierto, pero la gracia que experimentamos en el meeting es un atisbo de esa redención y una reafirmación de que estamos en el camino correcto.
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