La importancia central de la escucha

La escucha y la reunión como patrones de la espiritualidad cuáquera

Por escucha me refiero al tipo más amplio de atención orante y perspicaz a la Fuente que se insinúa dentro de nosotros, se evidencia a través de otros y se discierne a través de las experiencias de la vida. Este tipo de escucha no es simplemente auditiva. También puede ser visual, kinestésica, intuitiva o visceral, dependiendo de la atención más profunda que sea natural para cada individuo. Mi tesis es que este tipo de atención orante es uno de los dos elementos principales que configuran el cuaquerismo en lo que Lloyd Lee Wilson, en Essays on the Quaker Vision of Gospel Order, ha llamado una gestalt. Una gestalt (la palabra proviene del alemán) es un todo orgánico.

Creo que la práctica cuáquera no es solo una gestalt espiritual de singular integridad y coherencia, sino que el todo orgánico también es holográfico: el elemento de la escucha configura todas sus partes. Cuando somos fieles al patrón de la escucha, este forma e informa todas las dimensiones de nuestra práctica personal y corporativa. El patrón de la escucha nos hace más atentos y receptivos al Misterio dentro y entre nosotros, que nos reúne en el amor y la vida que es su propia naturaleza o ser.

Esta reunión o unión sentida de la comunidad espiritual en el amor y la vida de Dios es el elemento secundario que configura la gestalt cuáquera. Se experimenta en momentos de adoración corporativa “bendecidos» o “favorecidos». La reunión es secundaria solo en el sentido de que es más probable que sea un fruto espiritual o un regalo de maduración espiritual en la escucha. Es lo que oímos, reconocemos o experimentamos cuando escuchamos al nivel más profundo. Tanto el anhelo como la experiencia real de ser reunidos y unidos en Dios