Las muchas formas en que entra la luz

Era fácil juzgar a esas damas de Jane Austen
que languidecían toda la tarde bordando,
pasando el hilo por la tela tensada en el aro,
mientras el mundo giraba a su alrededor sin ellas.

La ballena se mantiene en el corpiño almidonado de sus vestidos,
forzando una posición erguida,
como se sientan las monjas en un claustro,
con la espalda y el cuello rectos,
para acceder mejor al “no pensamiento”
que necesitan para saborear
la miel de la meditación.

centrando sus mentes
en un punto
de luz.

He envidiado la disciplina de esas místicas
que se desprenden del pensamiento como de una manta extra,
pero no tanto a las damas
encerradas en sus salones.

entonces hoy
me encontré
en profundo silencio,
pasando un arcoíris de hilos de seda
a través de una rejilla tensada en un aro,
el rítmico entrar y salir,
de la aguja de acero que hace brillar su cola de color,
disolviendo todos los pensamientos en remolinos de ámbar,
zafiro, magenta—
cayendo hacia arriba,
cada puntada una entrada.

Marion Goldstein

Marion Goldstein vive en Cedar Grove, Nueva Jersey.

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