Las mujeres mayores se mueven de un país a otro
como tranvías incansables.
Suben colinas,
atraviesan los lagos
y se saludan al pasar.
En movimiento, siguen moviéndose.
Sin que nada las detenga,
también se mueven al ritmo del rap y las trompetas.
Las mujeres mayores desean que los hombres mayores se queden
en sus propios países y jueguen
a sus juegos
sin enviar a sus hijos a la guerra.
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