¿Qué hacer con sus manos
delante de este invitado inesperado?
Así que prepara pasteles incorregibles
de persuasión y plegado;
mezcla miel y nueces con delicadeza fruncida.
Como la mujer que espera al médico
hablando con extraños de recetas y curas.
O la mujer enferma que organiza almohadas;
detalles de la vida para alejar la muerte.
Martha se afana en alimentar,
sus manos avergonzadas ocupadas.
Porque si se sentara
saldría volando por la ventana
con alas vencidas.
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