Mientras escribo, acabo de regresar de la Reunión de la Conferencia General de los Amigos en Amherst, Massachusetts, donde, entre otras cosas, asistí a un taller de una semana sobre el tema de “Tu dinero y tus valores». Habiendo llegado a la etapa del nido vacío, pero todavía pagando la educación universitaria de mis hijos, me pareció un buen momento para reexaminar mis objetivos financieros personales y familiares, mientras mi esposo y yo esperamos los años en que los costos de criar una familia queden atrás. El taller, dirigido por Penny Yunuba y Carolyn Hilles, me pareció excelente, con muchas vías útiles para reevaluar nuestras prácticas actuales. Mi experiencia en la Reunión resuena bien con los “Escritos favoritos sobre la sencillez» de Chel Avery (p. 11) en este número. Nosotros, los cuáqueros, escribe, “vivimos en un mundo lleno de exigencias, presiones, tentaciones y distracciones que sirven como impedimentos constantes a nuestros esfuerzos por ordenar nuestras vidas externas de una manera que nutra y testimonie las vidas internas que buscamos». Continúa compartiendo cuatro lecturas cuáqueras y tres seculares que la han ayudado en sus esfuerzos por mantener su vida centrada y congruente con el Testimonio de la Sencillez.
Prestar atención a nuestros testimonios, particularmente al enfrentar la complejidad del uso correcto del poder, nunca se ha sentido más urgente que en la actualidad. En “Poder policial para la paz» (p. 6), William Hanson explora el uso apropiado de la fuerza limitada en un contexto internacional como un medio para prevenir la escalada de violencia que conduce a la guerra. Reconociendo que muchos Amigos son ambivalentes sobre la necesidad del uso de la fuerza por parte de la policía local, señala que dependemos de esa función para la protección diaria, y que “necesitamos una dirección clara que favorezca la policía mundial y un sistema judicial mundial como una alternativa al horror torpe de la guerra perpetua». Continúa sugiriendo que los Amigos se conviertan en defensores y líderes en el desarrollo de la vigilancia policial de fuerza mínima y el derecho mundial que la comunidad global necesitará para llegar al punto de abolir la guerra.
No se podría encontrar un modelo mejor del compromiso silencioso pero firme necesario para efectuar un cambio social duradero como este que en el ejemplo de Mary Stone McDowell, presentado en “Persuasora amable y amiga leal» (p. 16) por Mary Lee Morrison. Mary Stone McDowell fue maestra en las escuelas públicas de la ciudad de Nueva York antes de la Primera Guerra Mundial. En 1918, fue suspendida de su puesto durante cinco años por su negativa a impartir un curso de ciudadanía, que consideraba “un eufemismo para el apoyo a la guerra». Después de cinco años difíciles, y un caso legal que finalmente “representó la primera prueba del pacifismo y la libertad académica que atravesaba un sistema judicial estatal en los Estados Unidos», fue reintegrada como maestra en las escuelas públicas de la ciudad de Nueva York en 1923. El presidente de la Junta Escolar admitió que su caso había ocurrido en “el apogeo de la histeria bélica». Su firme compromiso con sus valores pacifistas y su larga participación en actividades por la paz a lo largo de su vida, hasta su muerte en 1955, mostraron el coraje y la dedicación necesarios para cambiar corazones y mentes.
Durante estos días más lentos del verano, espero que los Amigos encuentren mucho aquí para contemplar al pensar en cómo mantener la vida de uno congruente con los valores de uno.