Durante su formación en el seminario, el único trabajo de campo que Carl Magruder pudo encontrar fue como capellán de hospital, donde “toda mi astucia, retórica y argumentación no valían absolutamente nada al lado de una persona que estaba sufriendo”, y se dio cuenta de que “es un honor poder estar presente para la gente”.
Como capellán y como Amigo, Carl nos anima a reflexionar deliberadamente sobre nuestra muerte y sobre cómo podríamos elegir afrontarla. “No tengo todas las respuestas, y lo que es correcto para cada individuo es muy individual”, dice, “pero… no pensamos en ello, no hablamos de ello, entonces recibimos un diagnóstico y es muy difícil y aterrador pensar y hablar de ello”.
Transcripción y preguntas para el debate disponibles aquí
Producido por Rebecca Hamilton-Levi
En colaboración con Friends Committee on National Legislation.
Los comentarios en Friendsjournal.org pueden utilizarse en el Foro de la revista impresa y pueden editarse por extensión y claridad.