Como parte del equipo administrativo aquí en Friends Journal, no siempre tengo la oportunidad de leer y disfrutar de los artículos con antelación. Al igual que vosotros, tengo que esperar a que el último número llegue a mi buzón. Este mes tengo el privilegio de tomarme un descanso de mi trabajo habitual —más sobre esto más adelante— y leer la mezcla típicamente ecléctica de artículos que nuestros autores, editores y diseñadores han preparado.
El artículo de Shaun Chavis en este número («Aplicando el pensamiento cuáquero a la comida», pp. 8-11) me llegó de forma muy poderosa. Mi mujer y yo somos padres recientes, y estamos descubriendo que este hecho ha cambiado la forma en que abordamos muchas cosas diferentes, incluyendo la elección de qué comer. Es fácil hacer concesiones en nuestra dieta cuando parece que solo nos afectamos a nosotros mismos. Pero cuando nos encargamos del cuidado de otro —en este caso, un hermoso hijo de ocho meses que está empezando su vida como comedor— nos hemos vuelto puristas, incluso fanáticos. ¡Nada más que comida orgánica para nuestro hijo! ¡Y lo más local posible! Lo que ha cambiado, por supuesto, es el hecho de que estamos considerando el bienestar de los demás al tomar nuestras decisiones sobre la comida. Y lo que Shaun argumenta en su artículo es que este modo de pensar es precisamente lo que nuestra fe cuáquera exige.
Nuestra forma de alimentarnos, argumenta, debería reflejar nuestro cuidado por los demás. Y sospecho que las preguntas que plantea provocarán conversaciones profundas entre tu familia y tu encuentro. ¿Se está tratando de manera justa a las personas que cultivan, pescan, cosechan, matan y cocinan nuestros alimentos? ¿Está teniendo la gente acceso a alimentos frescos y asequibles? ¿Estamos creando un sistema alimentario sostenible para que las generaciones futuras tengan la comida y el agua que necesitan? ¿Se está invitando a todo el mundo al creciente discurso nacional sobre la alimentación? Más allá de ser una cuestión de salud y preferencia, estas preguntas son una cuestión de fe y práctica para los Amigos.
Mi colega Susan ha escrito recientemente en este espacio sobre las respuestas que hemos recibido a su carta abierta del año pasado sobre el futuro de Friends Journal. Parte de nuestro trabajo en el lado administrativo de la revista ha sido leer y digerir estos comentarios; evaluar lo que vosotros, nuestros lectores, sentís que es más importante sobre este ministerio; y pensar en cómo podemos cambiar para satisfacer mejor estas necesidades. Hemos recibido al menos 152 cartas vuestras desde principios de diciembre, y el sentimiento número uno ha sido « Friends Journal no se puede permitir que se pliegue». Muchos de vosotros escribisteis con sugerencias concretas sobre cómo hacer de esta una empresa más sostenible, sugerencias por las que estamos muy agradecidos. Nuestra Junta ha emprendido un proceso de planificación estratégica que estará profundamente informado por estos comentarios y sentimientos. Esperamos compartir más con vosotros en estas páginas sobre cómo podéis ayudarnos a transformar Friends Journal en la revista que ayuda a satisfacer el hambre mundial de voces y perspectivas cuáqueras.
Mientras tanto, ¡os invito a leer con avidez y a renovaros!