En este país post-cristiandad y posterior al 11-S, existe un creciente movimiento juvenil interreligioso, gracias en parte a la capacidad de las nuevas herramientas para permitir la comunicación y la relación. Jóvenes de muchos orígenes están representados en este movimiento, pero no los cuáqueros. ¿Por qué? Creo que es porque los Amigos no han implementado con éxito las estructuras contemporáneas y las nuevas tecnologías a través de las cuales funciona este movimiento. Experimentamos una falta de conexión tanto dentro como fuera de nuestra comunidad debido a problemas generacionales y tecnológicos. Esta publicación explorará cómo las comunidades musulmanas, cuáqueras y otras comunidades religiosas trabajan con jóvenes adultos para lograr una visión para el futuro de sus respectivas comunidades.
Stephen Willis Dotson